VUELVE YUSTY
Por Sandra Fernández para la edición FUERA DE SERIE del mes de Marzo de la revista EXPANSIÓN.
Hubo un tiempo en que la única tienda en Madrid donde se podían adquirir prendas de marcas como Moncler, Herno o Kenzo era Yusty. Poco a poco muchas de esas firmas han ido inaugurando establecimientos propios, con lo que los espacios multimarca como Yusty han dejado de tener sentido.
Así lo han entendido los gestores actuales, Daniel Yusty y su primo José Yusty, tercera generación al frente de la empresa, quienes han decidido liquidar el negocio de Serrano y trasladarlo a la entreplanta del número 20 de Ayala, un local al que se accede desde el portal o desde la tienda Canali, también propiedad de la familia y situada a pie de calle.
En la acera de enfrente, un parking privado atendido por un aparcacoches se encarga de los vehículos de los clientes: “esto es como un club de caballeros”, explica Daniel Yusty, “ofrecemos comodidad y discreción”.
Este nuevo Yusty se divide en dos zonas: una primera con una selección de prendas sport de marcas como Hogan o Jacob Cohën, zapatos de Crockett & jones, zapatillas New Balance, perfumes nicho y accesorios como gafas de sol; y una segunda consagrada a la sastrería y camisería a medida y artesanal, sector en que la familia se inició en 1914.
A los mandos de este taller, Mario Zafra (Madrid, 8 de diciembre de 1973). “Mi padre era sastre. Yo con 11 o 12 años ya cogía la aguja y ayudaba para sacarme un dinerillo. Al acabar el COU hice la mili y, a la vuelta, un profesor mío al que le comenté que me gustaría estudiar diseño, me recomendó que me olvidara de eso y que empezara por la base, “que ya había bastantes diseñadores que no saben ni lo que es un patrón”, me dijo.
Le hice caso y me matriculé en La Confianza, academia de corte. Entonces el camisero de Yusty enfermó y decidieron buscar un aprendiz. Los de La Confianza me recomendaron y así comencé aquí. Era 1994”. Desde entonces, Zafra ha trabajado para la casa salvo un período de nueve años durante los que llevó la sastrería de El Corte Inglés de Pozuelo.
Encantado con sus nuevos aposentos, explica: “disponemos de los mejores tejidos para la confección de trajes y camisas, que yo reúno ambos oficios: Alumo, Thomas Mason, Loro Piana, Scabal… Una maravilla, tejidos muy delicados que hay que saber tratar”.
Cuentan con un 15% de clientes extranjeros; el resto son empresarios, políticos, actores y la clientela de siempre con una media de edad de 50 años.